Bref, de una vez por todas ya no me quedan más excusas.
Esto, sea lo que sea y salga lo que salga de aquí se va a llamar Perspectives, porque desde que comencé a tomarme más en serio la fotografía esto de la perspectiva se ha convertido en una obsesión a niveles metafísicos.
Hace algunos días capturé una vista del Sacre Coeur, y cacharreando luego un poco en el cuarto oscuro digital conseguí algo así como un efecto a lo Escher.
Bizarro es desde luego, y puede que no guste, pero esa es precisamente la perspectiva de la que hoy quiero hablarte.
Aterricé en París hace tres meses como una verdadera etrangère, y poco a poco me voy sumergiendo entre sus calles y en sus costumbres, y la sensación de ver todo a través de una lente convergente, de sentirse ajeno está cambiando. No seas impaciente, ya te daré detalles. Ahora que acabo de volar a Madrid después de intensos meses en París es la primera vez que volver a casa es el billete de ida.
ya estoy contigo pequeña esgrimista, impaciente por tus palabras...
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